lunes, 14 de septiembre de 2009

Reflexión ante el hecho

En muchas oportunidades y recientemente fui víctima de la inseguridad que a título de los medios azota la realidad de los argentinos.

El último atraco siguió un modus operandi estándar (uno con el tiempo se torna casi en experto) y consiguió como siempre la frase que me aburre y sirve de consuelo para muchos: ¨Y agradece que te hicieron nada´´.

Mi conciente es coherente también, a una clase social media y se manifestó en sentencias sumamente tristes como ser: ´´que hijos de puta, si estaban mejor vestidos que yo´´ como si eso fuera condición a la hora de que uno lo asalten, que sea pobre el que delinque.

Sumado al sentimiento de bronca, me invadió la indignación debido a que uno se siente no merecedor del hecho, por creer que me ubico en la vereda de aquellos que ejercen el bien. ¿Si creo no hacer mal, porque me sucede este infortunio? En ese instante comencé a pensar en esta cuestión del bien y del mal. ¿Que es lo bueno y malo? ¿Existe el bueno y el malo?

Nietzsche en ´´Genealogía de la moral´´ describe como en sus inicios el concepto de ´´bueno´´ estaba adjudicado a las clases altas, a la nobleza. La antípoda, la plebe era lo malo:

´´Antes bien fueron los ¨buenos¨ mismos, los nobles, los poderosos, hombres de posición superior y elevados sentimientos quienes se sintieron y se valoraron así mismo en contraposición a todo lo bajo, abyecto, vulgar y plebeyo.´´



Existe este concepto en nuestro imaginario, demonizando a la clase baja , cargando a los marginados como aquellos que ejercen los males de nuestra sociedad. Las justificaciones son sabidas y nos sumergimos en cuestiones como falta de educación y trabajo. En parte es real, y aquellos mas vulnerados lógicamente están propicios de ser corruptibles. Por otro lado podemos tener un discurso más socialista y decir que es la desidia, el demérito y la corrupción de las clases altas las que generan la marginalidad de las clases mas bajas.

Yo no me ubico en ninguna instancia antes mencionadas. No creo mucho en esta cuestión de lo bueno versus lo malo. Aquel que se considera bueno no lo es del todo y así el malo tampoco lo es.

En este caso de inseguridad así como tantos otros, creo que todos somos víctimas. El casi adolescente que me robó y yo somos damnificados. Víctimas de un sistema perverso en el que todos perdemos, desde el momento en que estamos ´´entretenidos´´ con cuestiones que nadie debería y nublamos toda posibilidad de ver la realidad. La consecuencia de todo esto es un juego en el que todos y ninguno tiene razón y como bien sabemos cuando perdemos la razón no hay manera de evolucionar hacia un cambio de real profundidad. Abandonamos la reflexión y la contemplación y tan solo reaccionamos.
Así es como esta sociedad de reaccionarios se limita a eso, frente a una acción tomar revancha e ir por mas. Así es cuando nos matan, matamos y solo nos queda la formula de Louis Guillot.
Por eso es que insisto en contemplar y reflexionar aunque nos gobierne ese deseo propio de una clase de despreciar al resto.

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