sábado, 23 de enero de 2010

Preso del estío

Tarde de verano. El calor penetra hasta el estracto oseo. La humedad hace su labor como buena conductora de pesadez e irritabilidad. El unico alivio lo encuentro en un ventilador añoso, que si no fuera un artificio se podría decir que se escucha su lamento por el sofocante calor.
Asomandome por la ventana puedo divisar la calle que otrora estaba plena de transeuntes, desesperados por llegar (quien sabe adonde). El asfalto da muestras claras que arde la ciudad y la idea de tan solo despuntar el hocico me genera un efecto emetico y de polidipsia.
No hay actividad más que la inactividad para pasar el momento. Mi fiel camarada esta casi en una posición postuma. El jadeo no lo deja ser. Ni Pavlov y su campana podrían animarlo. Si existiese un purgatorio para canes, el ya estaría ahí.
Mi único órgano que da señales de vida, es mi cerebro. Aunque un tanto distraído y taciturno, murmura recuerdos, situaciones analogas a esta tarde infernal. El imaginario me lleva a un momento de gran soledad, otra tarde sofocante. El estío replegaba sus bocanadas de aire caliente sobre mi semblante. Yo era un infante a punto de tener una convulsión en la calle. El desmayo altero a los pocos valientes que circulaban, con el grito de mi progenitora buscando auxilio. No se cual era la razón de la reminiscencia. Tal vez era preso de las circuntancias, el creer que esta pensando cuando era el hedor caliente el que lo hacía por mí. Cual marioneta mi cerebro también se subordinada a la tarde verano. Tanto mi fiel camarada como yo tan solo debíamos pasar el mal rato. El jadeando y yo invocando ideas estivales.

lunes, 11 de enero de 2010

C.H.O.N (parte I)

Las siglas C.H.O.N hacen referencia a los bioelementos escenciales que fundamentan cualquier tipo de vida en la tierra.



C (carbono) H(hidrógeno) O (oxigeno) y N (nitrógeno). La combinación de ellos generan moleculas que a su vez estas unidas generan macromoleculas tales como el ADN o las proteínas.



Es por eso si nos reducimos estrictamente a la estructura atómica de cualquier tipo de vida, un ser humano no difiere de una tortuga, una hoja, un hongo o un protozoario.



El CHON es donde la vida, cualquiera sea, se hace una. Las diferencias que son inconmensurables desaparecen y es a partir de estos cuatro elementos que la vida encuentra ese cauce trascendental (la dependencia interespecifica de todos los seres, la concatenación que genera ese equilibrio dinámico, o la tan conocida ´´sabiduría de la naturaleza´´)



Ergo, nuestra especie ha sabido a través de la historia ir desligándose de este equilibrio, somos ese eslabón que cree que puede ser cadena per se. Nos separamos del CHON creyendo que la metafísica o la religión a través de figuras fantásticas pudieran convertirnos en algo diferente a lo que en un génesis o genealogía de la vida, pudimos realmente ser.



Es como si no formáramos parte de este flujo continuo de la vida, esta usina generadora de biodiversidad.



El ser humano busca su perpetuación (como cualquier otra forma de vida) pero desde un lugar que atenta contra el CHON (en definitiva es la materia prima, sin el seriamos polvo)



Demograficamente hablando, la especie humana creció de manera exponencial. La tierra esta superpoblada de seres humanos y ese CHON se fue reduciendo a mas seres humanos, estorbando la biodiversidad y alterando de algun manera ese maravilloso y perfecto balance. La tendencia marca que seguiremos a ese paso vertiginoso de crecimiento demográfico y desde esa irracionalidad, de apartarnos del CHON como si fuéramos extra-terrestres, el hombre sigue construyendo pretextos no solo para su perpetuación sino también para convencerse que puede apartarse del CHON, como si nuestra corporeidad no existiese y fuésemos cuerpos luminosos viajando hacia lo onirico.