miércoles, 23 de septiembre de 2009

De la palabra a la acción

Como hábito de fin de semana suelo leer la revista dominical de La Nación y automaticamente busco la sección de Sergio Sinay en la cual hace una devolución a las inquietudes planteadas por los lectores. En esta oportunidad, este sociólogo, que lo entiendo más como filólogo y filántropo, otorga una mirada a la forma de vida que se estuvo gestando en las últimas décadas del s. XX y el incipiente s. XXI. Destaca claramente como la vida multifrénica, el deseo de consumo y la escases del tiempo, doblegan el estilo y la forma de vida del hombre actual.
Como es lógico invita al lector a la reflexión y otorga algo así como una profilaxis a este ´´mal´´.
Hace mención a lo que denomina como ´´menosismo´´. Este sugiere hacer menos pero más efizcamente y tener de acuerdo a las necesidades y no para suplir el deseo. Cita el siguiente ej; la sensación de hambre es una necesidad, debemos comer para vivir. El apetito es el deseo, ´´deseo comer un caramelo´´.
Ahora bien, lo que me ocurre al leer este tipo de notas, es que siento el abismo al pensar la puesta en práctica. Son situaciones que en la mayoría de los casos son ideales, y el sentimiento siguiente es la impotencia. La elocuencia que a través de la lectura surge en una voz en ´´off´´ en la conciencia de uno, es muy atractiva y con la imaginación que este cambio radical en nuestras vidas se haga presente.
¿Por qué existe esta brecha entre la palabra y la acción?
En este caso la brecha es mayor porque lo que ocurre es uno esta habituado al frenesí y queremos todo ya y ahora y justamente es todo lo contrario...estamos frente a un cambio que inexorablemente lleva mucho tiempo, tiempo de maduración.
Justamente ahi encuentro una clave, y pasar de la palabra a la acción es un camino y un trabajo que debemos animarnos a recorrer. Tomarnos esos tiempos para frenar esta locura circundante y que las palabras que recorren nuestro pensamiento no se queden allí sino hacerlas acción y ver que pasa. Es en la real incertidumbre que se vive, y no en las vagas certidumbres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario