martes, 27 de octubre de 2009

Gris tornasolado

Amanecí una tarde de domingo. El día era prospero para refugiarse. Se presentaba con una persistente llovizna, esa que parece no mojar pero que logra su cometido eficientemente.
Demasiada gris la vespertina para mi gusto.
Siguiendo mi razonable actitud casi dogmática, doctrinaria frente al clima, decidí convertirme en un hereje al menos por esta oportunidad.
No tuve que ni siquiera consultar al verdadero feligrés de la vida, mi perro, si me acompañaba a esta estúpida aventura.
Nos encaminamos entre la llovizna y el gélido viento. Yo fastidiado con mi sin razón y mi perro en pleno goce como si estuviese mofándose de mi irritación. Era tan solo agua la que caía pero mi disgusto era congruente con un ser de tegumento de sacarosa. Habiendo hecho tan solo unas cuadras, la imagen ofrecida era de tal abandono que nada tenía que envidiar a lo que suele verse en el cine catástrofe. Y así fue que en el inmediato abandono de lo que había sido esta herejía, avisore un alma, otro hereje o un estúpido como yo.
Nada de eso, era un ´´homeless´´ , un ciruja diría el vulgo. Mi can, curioso, se acerco a el, en un intento de reconocer su espectro de escencias. Había una buena química entre ambos y no tenia intención de cortar ese momento cuando el hombre mudando su semblante me dijo:
-¿Lindo día no?
-uf- contesto mi sarcasmo
-No, en serio. es un día maravilloso- respondió
No encontraba virtud en el día, menos me cerraba que alguien que vivía literlamente en la calle me lo aseverase de tal manera.
_¿Que tiene de maravilloso este día sombrío, donde no hay un alma en la calle? pregunté como debía ser.
_justamente eso, que no hay nadie.
Yo pensaba que la vida en la interperie había alterado sus percepciones, y su razón.
Que equivocado estaba. Y con suma paciencia trato de explicar su sentencia.
-Al haber nadie, no siento las miradas inquisodoras sobre mi. Para mi es un bálsamo este día.
Mi falta de tacto volvió a preguntar:
-¿Las miradas son por su aspecto, su falta de higiene?
-jaja- riéndose de mi trato de nuevo explicar, y explicarme.
-no, es porque no quieren verse como yo, tienen miedo.
-¿Miedo de que? pregunte
-en mi ven el vicio, y tienen miedo de que sea el reflejo del suyo.
-¿que vicio tienen?
-El del ser humano, aunque se nieguen a serlo lo llevan consigo. Lo tapan con elocuencia, buenos trajes, simulacros de felicidad, con la moral, pero el vicio persiste , esta ahí , se ve.
No fue tu virtud lo que te trajo a mi, fue tu can, un verdadero ser sin vicios. Pero es por eso que somos humanos, por nuestros vicios aunque intentemos negarlos-
El día gris giro a tornasolado, no gracias al clima sino a este...ángel?, hombre? quien sabe.
¿me dejo alguna enseñanza? no, porque mis vicios, aún negados, me volverían el autómata de siempre.

Aquello que no fue...

En muchas representaciones líricas, narrativas, hasta filmicas, aquello que pudo haber sido y no fue seduce más sobre lo que es.
Aquellos amores desencontrados por el infortunio o un insoslayable destino, nos generan esa pasión por aquello que no sucedió y que nunca sucederá. Soñamos con poder contar una historia que al menos se acerque a lo shakespeareano. Ese amor que con solo pensar su inexistencia nos desgarra por dentro.
Sin embargo cuando logra ser, cuando el sueño se convierte en realidad; es el tedio, la rutina, terceros que logran lo impensado. El amor se diluye y lo que fue desgarrador se torna sospechosamente imperceptible.
¿Por que cuando aquellos sentimientos ´´son´´ se dispersan en cuestiones conocidas y reiterativas, como la rutina?
Las respuestas son infinitas pero radica en algo que es común a mi parecer, que es la superstición de lo maravilloso, la rienda suelta a la imaginación para ponderar algo que todavía no tenemos real conocimiento. Entonces es lo idealizado sobre lo realizado, creer haber recorrido un camino sin haberlo transitado.
Las verdaderas epopeyas, héroes del amor, deberían ser aquellos que superan y transgreden las barreras del tedio y de la rutina propias de la monogamia.
Se debería contar historias que si ´´son´´ sobre aquellas que pudieron ser.
Los autores igualmente saben que no venderían un solo ejemplar porque el imaginario colectivo se llena de fruicion por aquello que no fue.