domingo, 7 de junio de 2009

La negación del ser

Cuando nos remitimos al ser, en una concepción aristotélica, nos referimos a la esencia, a nuestra sustancia.
Ahora bien la pregunta que debemos hacer es la siguiente: ¿somos sustancialmente correspondidos a la idea que tenemos de nosotros mismos?
La negación del ser viene de la mano a la idea que tiene el hombre sobre el hombre mismo. El hombre durante toda su historia se vio como una figura crucial, ponderando su esencia por encima de otras. Tal vez el raciocinio y nuestra capacidad de lograr abstracción y un mundo de ideas nos puso en esa postura.
Ergo, hay q destacar que el hombre tan solo es una pieza en la maquinaria de la tierra. Y esto puede sonar reduccionista y una mirada tal vez demasiado sencilla de la realidad, pero hay una analogía un tanto escalofriante que revela la verdad de nuestra esencia.
Esto consiste en pensar a la tierra desde su génesis hasta el día de hoy en un lapso de 1 año. O sea si tomáramos el primero de enero del año como el día en que la tierra se hace presente y al 31 de diciembre de ese mismo año como la actualidad, nuestra estadía en la tierra correspondería tan solo a los últimos quince minutos del ultimo día del año. Esto nos lleva a pensar que no somos ni por cerca indispensables, únicos, especiales, y me cuesta pensar que somos semejantes a un posible dios creador de la tierra.
Pero para no entrar en discusiones de tinte teológico, pensemos tan solo una cosa.
Por que no pensar que tan solo somos una compleja comunión y armónica de elementos orgánicos. Por que ponderamos nuestra vida en la tierra sobre la vida de otro ser. Yo me animaría a decir que somos colonizadores de nuestro propio mundo. Aplicamos nuestra mejor herramienta que es el raciocinio para abrirnos paso en el mundo bajo la justificación de que somos seres semejantes a nuestro dios, y nos creamos un mundo nuevo de ideas, sobre la naturaleza y sobre nosotros mismos.
Hay que hacer una mirada tan solo en la forma en la cual vivimos. La gran mayoría de los seres humanos viven en megaciudades, ciudades o pueblos. Nos transformamos en cosmopolitas, negadores totales de nuestra elemental sustancia, vivimos en mundos artificiales aislados de la naturaleza. Esta forma de vida, tan artificial nos llevo a tal desequilibrio que el hombre no concibe, a pesar de nuestra gran capacidad como pensadores, en otra forma de convivir con el mundo. Y hago hincapié en esto que es que no estamos solos y ni siquiera es nuestro hogar la tierra, tan solo somos una pieza mas en la maquinaria de la vida del planeta.
Alejados de posibles peligros y alargando nuestra esperanza de vida, nos creemos eternos. Es mejor no pensar en nuestro deceso, en el final. Nos enterramos para no ver la muerte ni tenerla cerca. Y lo que habría que pensar que emparentada que esta la muerte con la vida. No como dos polos opuestos sino en la confluencia de los dos, donde se emparentan. Desde el primer momento que pensamos en que somos eternos dejamos de vivir paradójicamente.
Por que no aceptamos que estamos aterrados ante una realidad que es que somos seres con vida como lo es cualquiera que habita la tierra. El hombre necesita de esa anestesia para palear esa realidad.
Cual seria nuestra concepción de nosotros mismo si existiera un ser superior a nosotros. Que nos doblegara en nuestra destacable virtud, la razón. ¿Nos sentiríamos eternos?yo creo que no. Es nuestra arrogancia y nuestra idea de poder lo que nos lleva a negar nuestra esencia.
Actualmente se vienen gestando catástrofes naturales que no son mas que la respuesta de cómo vivimos. Para crear nuestro artificio destruimos lo natural, lo que hace millones de años funciona no gracias a nosotros. Esto obviamente tiene su costo, y la abstracción de nuestro ser se va a terminar cuando la realidad nos toque la puerta.
Y la realidad es que la tierra sola vivió millones de años y nosotros, no es que sin ella no vivimos vuelvo a repetir, solo somos un engranaje que actualmente funciona mal.
Análogamente seriamos como un cáncer, y la batería de químicos las catástrofes naturales. Y aquí es donde comienzo a dilucidar una respuesta al interrogante de nuestro ser. Cuando logremos conectar con nuestra sustancia real y no idealizada, estemos en comunión con la naturaleza, habremos logrado superar la negación de nuestro propio ser.

6 comentarios:

  1. si es pedorro afirmenlo y propongan...sujeto a criticas obviamente, por eso lo publique.

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  2. Me gusto mucho. Pero lo que pudiste decir en menos palabras. Lo dijiste en muchas. Va nose si tu intencion era de hacer poesia. En ese caso esta muy bien

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  3. Estoy de acuerdo con que nos costruimos esta realidad artificial porque no nos gusta la verdadera.

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  4. gracias marcos: como siempre uno percibe su realidad. En esos años estaba negando mi propio ser. estaba pidiendo a gritos ser aceptado. Ahora me encuentro en comunión tanto de mi luz como mi sombra.

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  5. La realidad artificial ...es creer que no hay Dios...negarse a creerlo te hace un ser sabio en tu propia opinión...necio desverturado es lamentable que platón piense de esa manera ... con todo lo cappo que se creía nunca pudo descubrir el árbol de vida eterna

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  6. Empeso bien con buen contenido y termino guiando al lector a un punto de vista personal y cerrado sobre la sociedad. Mas amplitud de mente y ver el mundo como lo es realmente, son cosas indispensables para articulos como este.

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