jueves, 11 de junio de 2009

la necesidad de creer...

Las problemáticas filosóficas plantean al hombre, a la muerte, la vida, el mundo, la abstracción, la física y la metafísica; y también nuestras creencias.
El hombre desde que es hombre tuvo la necesidad de creer. Así pues, podemos hablar de mitología. Esta se define como el conjunto de leyendas y cuentos de índole fantástico producto de nuestra imaginación. El objetivo de la mitología no es la búsqueda de la verdad, sino que el hombre crea en ella, en pocas palabras: fidelidad como finalidad.
De una manera un tanto mas compleja tenemos las religiones, que como contrapartida, si hay una búsqueda de verdad. Esta búsqueda es desde la fe y no desde la razón como lo seria la ciencia.
Una fe expresa desde lo emotivo, lo emocional; depositamos nuestra fe en aquello que creemos, ya sea un dios, la reencarnación, o la tierra prometida.
Por ultimo esta la ciencia. Esta necesita irremediablemente la comprobación empírica. Esto significa recrear situaciones ´´controladas´´para hacer luego una inferencia a la realidad y de esta manera demostrar nuestra supuesta verdad a través de este hecho.
Sin embargo estas no son las únicas expresiones de nuestras creencias. También necesitamos creer en la fidelidad de un amigo o de nuestra pareja. creer en nuestras capacidades para lo que emprendamos. creer que podemos amar y ser amados. creer que podemos encontrar nuestra felicidad, en definitiva siempre creer.
Ahora el interrogante que me urge es: ¿Por qué tenemos esta imperiosa necesidad de creer, de donde nace esto de tener que creer en algo?
Obviamente es sumamente complicado encontrar un solo factor que ilumine al menos lo que podría ser una respuesta. Sin embargo yo pienso y tal vez es mi contradicción, porque sé que somos presos de nuestras propias creencias. La búsqueda incesante de credibilidad tanto en dogmas religiosa, mitología fantástica, o mismo en una ciencia que no acepta mas allá de lo que ve; nos limita.
Acomodamos nuestra verdad en estas creencias sin buscar pluralidad, de manera que podamos tomar las riendas de nuestra vida, y estabilizarla.
Nos aterra no creer en algo, y suspendemos cualquier tipo de búsqueda. Es el llamado a la reflexión permanente lo que nos puede sacar esta agonía de ´´deber creer´´. Esto requiere pensar, y tal vez no llegar a un puerto y quedarnos allí, sino en la reflexión permanente de lo que pasa y nos pasa. En el dinamismo de nuestra mente encontraremos algo mas que la necesidad de creer por el solo hecho de creer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario