lunes, 30 de noviembre de 2009

Rico en el tercer mundo: Parte III / el regreso del hijo prodigo

Su experiencia en Boston fue, además de formativa y enriquecedora a nivel profesional, reveladora.

Convivir de lleno en el mundo capitalista transformaba sus representaciones oníricas en realidad. Ese deseo profundo de convertirse en un magnate económico se saboreaba, era cuestión de paciencia y tiempo.

Josema aumentaba sus arcas, el nuevo rico nacía pero fue cuando recibió la noticia del tercer mundo que sus planes se detuvieron. Su madre estaba en grave estado. Su cáncer que otrora había sido benigno, se convirtió en metástasis y sólo le dejaba algunos meses de vida terrenal.

No dudó en dejar el mundo material y se subió al primer avión disponible para reencontrarse con su irrevocable orfandad.

Aún conciente con el panorama que encontraría, el shock de ver a su madre postrada, con apenas aliento para decir:´´hijo que bueno verte... lo hundió en un llanto que duro casi toda su visita. No había forma de despegarse de su progenitora, no quería desperdiciar un segundo del poco tiempo que le quedaba.

Los meses que habían diagnosticado los médicos, se redujeron a días y fue tan solo unos momentos de su partida que pronunció sus últimas palabras:

-hijo hay algo que quiero darte, es algo que tengo guardado desde que se llevaron a papá- dijo susurrando Ana maría.

- ¿una carta?- replico josema


-sí, de tu padre. Me dijo que te la de cuando sea el momento apropiado. No llores Jose, va a estar todo bien.


De a poco fueron entrando médicos, enfermeras, tratando de evitar lo inexorable.

La muerte de su mamá no solo había dejado ese sentimiento de orfandad, de soledad en este mundo de porquería como lo concebía Ana maría sino también esta póstuma esquela, totalmente inesperada.

La lectura de la misma no le llevo más que unos minutos. Su padre era muy claro al hablar, muy conciso y preciso y con la letra era lo mismo. Era una despedida de lo que el sentía una ´´crónica anunciada´´: Ante todo no soy un cobarde y vos bien lo sabes, me queda poco tiempo para que estos ´´impresentables´´ me borren del mapa. Lo único que quiero que sepas es
que nadie te diga como debes vivir
Estas palabras quedarian como un sello en su conciencia. Sentía por primera vez que podía cerrar su historia con su padre, luego de tantos años de terapia. Lo que le había faltado era esta carta, despedirse de él.
Sus padres finalmente no estaban con él aunque los sentía mas presente que nunca. Esta última visita sería motivo para volver a radicarse a su tierra natal, no era lógico pero su corazón así lo dictaminaba.

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