jueves, 3 de diciembre de 2009

la cuestión obligada

La llegada del último mes del año invita al festejo. No solo las acostumbradas festividades, como ser navidad y año nuevo, sino cenas y reuniones que cierran el año social, laboral y afectivo si se quiere.


Pero es habitual que esta ´´invitación´´ se torne en una cuestión obligada. Es lo acostumbrado y como buenos animales de costumbre que somos nos amoldamos a la situación. Suele darse que por conflictos propios de las relaciones, el festejo no sea tal. No hay ´´que´´ festejar pero la cuestión obligada, lo impuesto por la costumbre, hace que debamos hacer un brindis por el momento acaecido.

Lógicamente, la cuestión obligada radica en la costumbre. Esta ley que debemos cumplir, porque suele ser lo ´´acostumbrado´´. No hay mucho que cuestionar en la costumbre, que rige nuestra vida y no es que la costumbre se pierda a lo largo de la historia sino que cambia, se transmuta.
En el lúcido encuentro con Nietzsche en ´´Nietzsche y la ilustración´´ los autores lo citan desde la creatividad de sus ideas y no partiendo la genialidad de sus obras a piachere.
La costumbre según Friedrich ´´es´´ per se, no desde un punto de vista utilitarista (algo que simplemente nos sirve) sino desde el poder, si la tradición asi lo dictamina deberá ser cumplido.
La costumbre no solo destruye al espíritu libre sino que en ocasiones es desterrado por apartarse de lo acostumbrado (lo espontanéo, lo impredecible, lo movible en un principio era considerado, lo ´´malvado´´ (amoral). Si alguien decide no pasar las festividades por cualquier razón que la misma tenga, la mirada puesta en esa decisión despierta ese encasillamineto que tiene nuestro orden cognitivo y en consecuencia la costumbre estalla en sentencias como ser: ´´debe estar deprimido´´ ¿que le habrá pasado? ¿Por qué sencillamente no se acopla a lo acostumbrado, a lo que debiera ser?
La realidad es que esta usanza del hombre, de celebrar tradiciones, la vida, la muerte, la naturaleza misma, es parte nuestra; negarla sería ´´no ser´´. Lo que si podemos hacer ante la costumbre es no sentirnos obligados ´´a ser´´. Es lo que podemos modular, cuestionar o simplemente rechazar, pero finalmente nos vamos a ver subyugados por ella misma a través de otra, despreciamos una costumbre para adoptar otra. En definitiva somos animales de costumbre y de rutina y la hemos hecho necesaria a través de nuestro tiempo, por más que querramos sentirnos espíritus libres somos parte de un todo y lo necesitamos. La cuestión obligada se hace sencillamente insoslayable y una vez más levantaremos las copas diciendo, ´´Feliz navidad´´, Feliz año nuevo´´ y lo haremos como es costumbre.

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