martes, 14 de julio de 2009

Dias olvidables

En nuestro anecdotario existen dias emblemáticos. Emblemas que dejan marcas en el recuerdo, a veces intimos y otras en común con otros aventureros.
Son días que se repiten cotidianamente en nuestras imagenes y anhelamos en alguna medida su pronta reproducción.
Dias que rebotan como ´´aquel día en que conocí por primera vez´´...
Las primeras veces son motivos de recuerdo. Aventurarse en lo que sea por primera vez suele repetirse como eco en nuestra cabeza.
También existen días que son únicos pero que en el imaginario colectivo son comunes. Tales son el día en el que nace un hijo, graduaciones, aniversarios, etc.
Lamentablemente existen días no deseados pero inolvidables al menos a nuestro inconciente. Son causa de un profundo recuerdo, esos días traumáticos que en ocasiones nuestra mente nos agracia con un mecanismo represivo y pasa al olvido conciente inmediatamente.
Esto tiene su lógica ya que los recuerdos son aquellos días que perduran, son anhelados, son queridos. El dolor como contrapartida queda en el olvido.
Ahora bien, en nuestro vasto espectro de la vida, existen también (su gran mayoría) días olvidables. Aquellos días que no sorprenden, que la misma rutina se encarga de borrar de la memoria. Días en los cuales sucede nada o al menos eso pareciera.
Se transforman así en objetos perecederos, memorias inmediatas.
Sin embargo, sostengo, que estos días nos definen. Nos otorgan identidad.
No creo que exista nada tan intimo, tan propio y tan solitario como aquellos días olvidables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario