lunes, 10 de agosto de 2009

Martires

Existen en nuestra vida escasas y me animaría a decir nulas certezas. La búsqueda de la ´´verdad´´ puede convertirse en un laberinto sin alumbrar una posible salida. Sin embargo lo único verosímil, aquello que ante todos debemos ceder, es que existe un final, somos finitos.
Así nos tentemos con la esperanza de un lugar eterno y perfecto, esta vida tiene fin.
Esta verdad suele adoptarse, negarse, ignorarse, en fin cada uno elige una postura que suele transmutarse de manera etaria a largo del camino.
Pero lo que logra mi asombro y se torna anacrónico, como aquellos que mueren se convierten en mártires bíblicos contemporáneos.
La muerte nos otorga ese manto piadoso que se encarga de limpiar nuestros pecados, errores, confusiones, miserias que muchos en vida se encargaron de remarcarnos. Pareciera que la muerte nos regala ese descanso, ese relajo del que dirán...enaltecemos las virtudes de aquellos que no están, tal vez por lamento de la perdida, mismo por nuestra moral que nos aturde con ese ´´respeto al difunto´´ y no hacemos mas que no decir a ´´los cuatro vientos´´lo que pensamos.
Esta situación se ve claramente cuando están velando alguien y se dicen algunas palabras...recordemoslo como ....y no como aquel...
¿Por qué no recordarlo por lo que fue realmente y no como un mártir, o un héroe? ¿que tranquilidad moral nos otorga el hecho de ´´no decir´´ de aquellos que mueren?

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