Siempre encuentro dentro de mí aquella remembranza que sube
mis ánimos, que alborota mis humores, que me llena de entusiasmo.
Como buen analítico y metódico gracias a mi padre, siempre
busco el origen y en este caso se relaciona con la etimología de la palabra;
que reza de la siguiente manera:
´´Entusiasmo: de origen griego- enthousiasmo ---inspiración
divina, relación a lo divino, que lleva
un DIOS dentro. La persona entusiasmada, por lo tanto, era
aquella guiada por la fuerza y la sabiduría de un dios, capaz de hacer
que ocurrieran cosas.´´
Que etimología tan poderosa y mágica que conlleva a la siguiente interrogación:
Que etimología tan poderosa y mágica que conlleva a la siguiente interrogación:
¿Cuándo logro inspirarme o entusiasmarme, es que conecto con
DIOS? O reformulado de la siguiente manera: ¿Es el mismísimo DIOS que se
comunica, que conecta conmigo mediante el entusiasmo?
Si se lo cuestionase a un cura párroco o alguna entidad,
cualquiera fuese, ´´autorizada en cuestiones espirituales respondería que es
algo ajeno a mi entidad, es algo ´´superior´´ que obra sobre mí que me otorga
este fervor, que me empuja a realizar la acción, la creación.
Dentro de mi ignorancia, reside un ´´se´´. Si existe algo
que ´´se´´ es que lo ajeno a mí no existe. Es una ilusión proyectada la
realidad, mi realidad. De modo que si lo ajeno a mí no existe, quiere decir que
este reside en mí. De modo que aquel soy yo, y yo soy aquel. Todos somos uno y
viceversa. Me atrevo entonces a afirmar que Dios no es ajeno sino que reside en
cada uno de nosotros. Otrora alguien llamado Jesús así lo dijo: No dirán "mirad, aquí
está" ni "allí está", porque el reino de Dios está dentro de
vosotros.
Siguiendo este silogismo, la inspiración divina o el entusiasmo
no es más que aquella conexión profunda con uno mismo, porque yo soy dios, tú
eres dios y aquel es dios.
De manera concluyente puedo cerrar aconsejándome, aconsejándote:
´´sigue tu entusiasmo, porque no hay mejor maestro o guía que aquella inspiración
que nos dará propósito, infinita fruición e inmensa felicidad.
***Relato de un anónimo***
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